Cuenta la tradición que los monjes benedictinos utilizaban un ‘palo santo’ para remover la cuajada de la leche de vaca y así elaborar un queso de pasta semidura, color blanco marfil, aroma fresco y natural con sabor suave.

Después, se maduraba varios meses en las bodegas del convento dando origen a un queso semicurado que se convertiría en un verdadero símbolo del Camino de Santiago Portugués.

Símbolo de tradición y de elaboración artesanal es El Palo Santo, nuestro queso más emblemático cuya elaboración se remonta al S. XVIII.

La receta fue recuperada del cercano Monasterio de San Bieito de Pereira, en Cuntis, Galicia.