El sistema circadiano es un reloj biológico que regula muchos procesos fisiológicos en nuestro cuerpo, incluyendo la digestión y absorción de nutrientes y la producción y almacenamiento de energía. La alimentación juega un papel importante en la regulación del sistema circadiano, ya que los alimentos y bebidas que consumimos pueden afectar la liberación de hormonas y enzimas que ayudan a controlar estos procesos.

Ritmos Circadianos

Los ritmos circadianos son ciclos de 24 horas que regulan muchas funciones fisiológicas en nuestro cuerpo, como ya hemos dichos algunos de ellos son la digestión y absorción de nutrientes, producción de energía, y su almacenamiento.

Estos procesos cambian durante el día y la noche y nuestro cuerpo responde de manera diferente a los nutrientes según la hora en que los consumimos. La alimentación tiene un gran impacto en la sincronización del sistema circadiano y puede afectar la regulación de procesos metabólicos, enzimáticos y hormonales.

Sin embargo, la respuesta de estas funciones puede variar en diferentes personas debido a la expresión de genes que pueden ser influenciados por diferentes factores, como los nutrientes y el horario de ingesta.

La Crononutrición

La Crononutrición es una disciplina científica que se centra en el estudio de la interacción entre la alimentación, la nutrición y el reloj circadiano. Esta ciencia investiga el efecto que tiene el momento en que se consumen los alimentos, además de su composición, en la salud y el bienestar del cuerpo. Últimamente, ha habido muchos estudios en este campo.

Parece que cambiar el horario de las comidas principales puede estar relacionado con un mayor o menor riesgo de sufrir problemas metabólicos. Esto se debe a que, según los horarios, se activan o desactivan genes que afectan la ganancia o pérdida de peso.

Los cambios en la producción hormonal y enzimática que se producen durante la noche disminuyen la capacidad de asimilación de algunos nutrientes. Por ejemplo, investigaciones han demostrado que una comida o cena temprana está asociada con una mayor capacidad del organismo para metabolizar los carbohidratos. En cambio, ingerir alimentos ricos en carbohidratos en grandes cantidades durante la noche y cenar tarde se relaciona con un mayor riesgo de padecer sobrepeso y obesidad.

Además, los nutrientes también pueden afectar nuestro reloj interno. Las dietas ricas en grasas en exceso pueden alterar los genes que codifican nuestro metabolismo y cambiar nuestros hábitos alimentarios de forma negativa.

En la actualidad, los rápidos cambios en los hábitos alimentarios de las sociedades han provocado una alteración en los hábitos de vida, incluyendo el número de comidas, horarios, regularidad y composición de los alimentos. Esto ha contribuido al desarrollo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.